martes, 20 de julio de 2010

Recta final

Hoy entramos en la semana 28 y con ella inauguramos el 7º mes y el tercer trimestre... el último de tu aventura a bordo de mamá. No puedo creer como pasó el tiempo y dónde lo dejé. Significa que esto ya no es el principio de un largo camino sino el comienzo del fin. Estamos cada día mas cerca del parto, ese día en el que vamos a dejar de ser uno y vamos a pasar a ser tres: vos, papá y yo.
Tus movimientos ya no son simples respuestas a estimulos, sino que son lentos y regulares y hasta parecieran ser coordinados.
El balance de estos 6 meses que ya transitamos es sumamente positivo. No hubo complicaciones ni sustos. Yo estoy muy bien, me siento mejor que nunca, excepto por la molestia en la costilla y el dolor de cintura que ya se está haciendo notar por el peso de la panza pero son detalles sin importancia que no me impiden en absoluto disfrutar de esta experiencia. Vos estas bárbaro, sano, calentito, creciendo a pasos agigantados y tratando de ganar peso para cuando tengas que salir.
Como ya lo comenté en el post anterior, ya estás dado vuelta, lo que significa que poco a poco te vas preparando para el día "D". Tan chiquito y tan sabio. Me enseñas a mi a ser precavida tambien y me insinuás que debería ir yo también preparando mi cuerpo y mi mente para ese día. Aunque no tengo la más mínima idea por dónde empezar. Con qué me voy a encontrar ese día? No se. Cuántas dudas que una tiene y a veces no hay nadie a quién preguntarle en el momento. Resta anotarlas para cuando comencemos el famoso Curso Pre Parto (espero aprobarlo...) De todas maneras, no le tengo miedo al parto (por ahora). Creo que si una llega a esa circunstancia con ánimo, alegría y entusiasmo se puede disfrutar. Y es lo que quiero, disfrutar de cada momento, de cada contracción, de cada dolor, para recordar de por vida y con lujo de detalles lo maravilloso que fue ayudarte a venir al mundo. Si no dudaría un instante en dar mi vida por vos, porqué voy a tenerle miedo al momento en que te voy a dar vida? Y si hay algo de lo que estoy segura es que quiero que sea un parto normal. No quiero cesárea en absoluto. Quiero poder disfrutarte desde el primer momento de tu vida sin tener que sufrir los dolores de una cirugía. Claro que si es absolutamente necesaria para que estés bien, tendremos que aceptarla, pero si está todo perfecto como hasta ahora, prefiero sentirte nacer.
A lo único que le temo es a la soledad. No tener a nadie con quién compartir el momento más importante de nuestro viaje. Veremos cómo se van dando las cosas.
De todas maneras, soy conciente que esta falta de miedo puede deberse a una negación de mi parte, pero cuando llegue la hora de verte y abrazarte, todo va a estar más que compensado.
Qué cosa más rara esta ambivalencia que se genera en mi. Por un lado, quiero conocerte ya, llenarte de besos y permitirme emocionarme con cada minuto cerca tuyo. Por otro lado, no quiero que esta panza maravillosa deje de existir. Quiero sentirte todos los días de mi vida, quiero tenerte asi cerquita y cuidarte mucho mucho. Qué nostalgia me da pensar que nuestro viaje tiene ya 2/3 de su camino andado y que nos quedan días, menos de 90 seguramente para dejar de ser uno.
Pero pese a esa dicotomía, no puedo negar que soy feliz, que me siento muy afortunada de haber conocido a un hombre como tu papi y que hayamos emprendido juntos esta aventura de ser papás.
La más novedosa, trascendente, adrenalínica, emocionante y conmovedora aventura de nuestras vidas.

No hay comentarios:

swlf.lilyslim.com/TikiBlogger.php/AWAw