miércoles, 27 de julio de 2011

Un segundo es demasiado

Hay una banda de rock acá en Buenos Aires que se llama así. Un segundo es demasiado. Nunca escuché sus canciones, ni siquiera sé si tocan rock. Lo que sé es que este grupo promociona sus shows pegando carteles en las calles, haciendo graffitis en las paredes, etc. y por algún motivo el nombre siempre me llamó la atención: ¿Como podía ser que para esta gente un solo segundo sea "demasiado"? Si, es un pensamiento bastante estúpido, pero en el contexto en el que yo lo leía, esa frase me resultaba absurda: viajaba todos los días a la capital para ir a  trabajar y hacer solo 14 km me llevaba cerca de dos horas, apretujada en trenes, colectivos y subtes.
Ahora, mi situación es otra, y esa frase ya no me parece tan absurda.
El viernes pasado, mientras esperaba a mi marido que llegue a almorzar, y teniendo la comida lista (recién sacada del horno) sobre la mesada, me senté con Valentino en el suelo a jugar. Mi casa tiene la cocina integrada al living-comedor y el espacio donde jugábamos esta más o menos a 6 metros de la cocina. Cuando vi que faltaban 10 minutos para las 2 de la tarde (hora que llega mi marido),  fui a buscar los platos para poner la mesa. Me levanté, caminé esos 6 metros, abrí la alacena, saqué dos platos y los apoyé en la mesada. ¿Cuanto pude haber tardado en hacer eso? Dos, tres segundos. No más. De repente siento que Valentino me agarra de la pierna para pararse y en ese momento me desesperé, porque me acordé que el horno estaba caliente todavía. Miré para abajo y me agaché deseando que no lo toque, pero ya tenía su manito izquierda apoyada en la puerta caliente del maldito horno.
Me quise morir. Me quiero morir. ¿Como puedo ser tan estúpida, tan descuidada? ¿Y cómo hizo para recorrer ese trayecto desde donde jugaba hasta donde yo estaba en menos de dos segundos? ¿Y sin hacer ningún ruido? Porque en general, cuando repta, y más si lo hace rápido, jugando a escapar de alguien o persiguiendo a alguien, se ríe a carcajadas, o hace sonidos. Pero esta vez, no. Calladito, tan calladito que yo pensé que seguía jugando en el medio del living. Y que idiota yo que ni lo miré...
Lloró muchísimo pobre mi alma, retorcía la manito y se la escondía atrás de su cuerpito. Llegó mi marido y salimos corriendo a la guardia del Hospital San Juan de Dios, que por suerte está a unos pocos metros de casa. Llegamos a la guardia y nos hicieron pasar rápido porque Valentino no paraba de llorar, como nunca en su vida, y todo por mi culpa. Le limpiaron la manito con solucion fisiologica fría, sacada de la heladera (es un buen dato a tener en cuenta) y después le pusieron una crema con lidocaína para que le calme el ardor. Al ratito, dejó de llorar, y se durmió un buen rato por suerte.
Estuvimos todo el fin de semana cambiando vendas y poniendo cremitas. El lunes lo llevé a su pediatra y me recomendó que lo lleve al Instituto del Quemado, que la herida no era grave pero como es en la palma de la mano, y al tener el puñito cerrado la mayor parte del tiempo, la herida iba a cicatrizar así y después abrir la mano le iba a resultar doloroso.
Así hice, lo lleve al Instituto del Quemado, y pensé que al ser un Hospital Público, me iba a tener que armar de paciencia y esperar... y aguantarme que me digan que lo quemé a propósito, etc. Pero no, la verdad es que rescato el trabajo de los empleados que me recibieron, la enfermera que lo curó y el médico que lo vio.
Le limpiaron la manito con una gasa y agua fría y le sacaron toda la piel muerta que habían dejado las horribles ampollas que se reventaron, le pusieron un gel, una venda y listo. Me dijeron que le deje la manito libre el mayor tiempo posible para que empiece a secar la herida y que lo vuelva a llevar a control el día viernes.
Ahora está mejor de la manito, la tiene un poco mas cicatrizada, y aunque todavía no la usa para agarrar cosas y no la apoya del todo cuando gatea, lo que tengo que resaltar de todo esto son dos cosas:
primero, que hay muchas cosas que tengo que aprender de mi hijo. Con tan solo 9 meses, me enseñó a ser valiente, a que no hay que dejarse vencer por estas cosas, que se puede seguir explorando, reptando, parándose en todos los muebles y haciendo todo lo que hacía antes. Y segundo, uno de los errores aprende. Y vaya error que cometí, de confiar que estaba jugando y por no darme cuenta de lo que podía pasar. Lloré mucho y me sigo culpando inmensamente por esto, pero lo más importante es que ahora aprendí algo nuevo: que un segundo es demasiado.

11 comentarios:

Jeza Bel dijo...

Ay pobre, el chiquitín...con lo que duelen las quemaduras!!No te culpes, estas cosas pasan en milésimas de segundos y no nos da tiempo casi ni a reaccionar!!...Me alegro que la herida vaya mejorando!!

Saludos!!

Anónimo dijo...

pues sí, un segundo es demasiado... a veces lo aprendemos de manera dolorosa, gracias a Dios no pasó a más y todo va mejor. Estas cosas no las olvidamos nunca, pero ya verás lo atenta que estarás en adelante. =)

Unknown dijo...

Pobrecitooo! Esas cosas pasan Andre, lamentablemente pero no podemos estar sin descuidarnos ni un segundo... no te tortures, aunque te entiendo , yo me sentiria igual, por suerte no fue tan grave, y esta mejorando rapido :)
Una duda: cerca de que San Juan de Dios estas? El de Ramos mejia?

Drew dijo...

Ay pobre Valentino! Pero Andrea, es que solo tenemos 2 ojos, no podemos ver todo... En cualquier caso seguro que no vuelve a pasar y si le queda marca, tendrá algo de lo que presumir de mayor :-)

María dijo...

Aaayyy... pobre pequeñito, qué bueno que ya está en franca mejoría. Me ayuda mucho tu entrada para estar más al pendiente que nunca. Ya mi hijo camina, brinca y corre pero ahora es más que nunca cuando quiere demostrar su libertad de movimiento y descubrir por sí solo todo... ya te imaginarás, un torbellinito de vida.

An dijo...

@Jeza Bel, si, duelen mucho las quemaduras... y me asombra que él solo lloró ese día... si me hubiera pasado a mi, hubiera estado, mínimo, 2 semanas llorando y quejándome del dolor... Gracias por comentar!

@Feliz mama, así es! A partir de ese momento estoy mas atenta que nunca. Lo único bueno de estas situaciones es que nos ayudan a aprender... Gracias por comentar!

@Bren, es el San Juan de Dios de Ramos Mejía (Valentino nació ahí), yo vivo del otro lado de la vía, o sea sobre Rivadavia, pero lo tengo enfrente casi. Vos sos de Ramos??

@Drew, ojalá que no le quede cicatriz, pero si es así... podrá decir que fue una "Herida de guerra" (como le dijo el pediatra cuando lo vio) =) Gracias por comentar!

@María, me alegro que mi experiencia te sirva, y hay que prestar especial atención a las ollas con agua hirviendo, y tomar la precaución de ponerlas siempre en las hornallas de atrás y con las asas para adentro; las estufas también son peligrosas (acá en Argentina es invierno, y siempre es lindo tener el hogar calentito pero es peligroso); en los lugares donde es verano, prestar atención a los ventiladores, porque los nenes pueden meter sus deditos en las paletas... en fin. Se me acaba de ocurrir, voy a investigar sobre accidentes en el hogar y lo voy a publicar.
Mandale muchos besos a ese torbellinito de vida!!

Gracias por comentar!

Besotes a tod@s, Andrea!

Unknown dijo...

Andre! No te puedo creer!!!! somos vecinas!!!! jajaja! Yo vivo a la vuelta del San Juan de Dios, Escalada y Segunda Rivadavia, el mundo es un pañueloooooo!!!!! Tal vez hasta nos cruzamos alguna vez! jajaja! INCREIBLE :)

An dijo...

@Bren, no me digas!! Pero que chico es el mundo!!
Seguramente nos habremos cruzado, o nos cruzaremos pronto... =)
Besotes!

Unknown dijo...

Que loco!! Un dia nos podemos juntar asi se conocen los piojos! :)

Paris dijo...

Yo dejé un comentario ayer!!! porque no esta??'que raro.
Pobrecito, es una pena, pero seguro que a pesar del dolor que debe tener no se queja nada y cura muy bien...eso espero!

An dijo...

@Bren, cuando quieras nos juntamos a tomar unos mates y disfrutar de los peques!!!!! (Y chusmear, obvio... jajaj)

@Paris, que raro lo del comentario!! A mi no me apareció nada! =(

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